El entorno en el que se desenvuelven las empresas cada vez es más complejo: la competencia solo aumenta, los ritmos de comercialización son más acelerados, hay escasez de talento, cada vez salen nuevas regulaciones y ni hablar de las actualizaciones tecnológicas que siempre serán más. Ante esto, la solución para triunfar es convertirse en una empresa ágil. Pero, ¿cómo aplicar la metodología Agile en tu empresa? Aquí te contamos cómo hacerlo, ¡Vamos!
¿Qué es la metodología agile?
Vamos a explicártelo en palabras simples, la metodología Agile son los procesos e iteraciones cuyo principio es la flexibilidad para resolver proyectos que requieren de rapidez y agilidad, haciéndolos más productivos y prácticos.
Dicho así, ¿no te suena estupendo? Sin embargo, cuando una empresa decide aplicar las metodologías ágiles, no solo debe hacerlo cuando el proyecto lo amerite. Pues, básicamente, Agile es una filosofía de trabajo que acompaña a las prácticas de trabajo y requiere entender lo mucho que ha cambiado la forma tradicional de trabajo, de la organización, de interactuar y de dar respuesta a las situaciones.
Las grandes multinacionales, por ejemplo, ya lo han integrado y forma parte de su cultura, siendo así que, cada vez más, otras empresas están haciendo lo mismo. Y es que la metodología Agile no es una moda ni algo que pueda dejarse pasar, porque es una práctica que ha logrado encajar y funcionar este entorno exigente, cambiante y con mares de información.
Entonces, ¿qué se necesita para trabajar de forma inteligente? Simple: necesitas ser ágil, flexible y resolutivo.
¿Cómo funciona la metodología Agile?: Los 12 principios fundamentales
El cómo funciona la metodología Agile tiene que ver con los principios que la componen y que, finalmente, hace que funcione como lo hace. En este sentido, te explicaremos sus 12 principios básicos:
1. Conseguir la mayor satisfacción del cliente a través de la entrega continua de software valioso
El software no está pensado para el bien de la empresa que lo crea, sino para el usuario final. La entrega temprana y continua aumenta las probabilidades de satisfacer las demandas y exigencias de los clientes, así como el retorno de inversión es más veloz.
Cuando apliques este principio, verás cómo aumenta la agilidad de tus procesos y gozas de mayor capacidad para responder ante los cambios de forma oportuna. Al mismo tiempo, tus clientes se mostrarán más contentos y satisfechos cuando vean que obtienen valor por aquello por lo que están pagando.
Además, la entrega temprana y continua de resultados contribuye con la entrega de feedback desde un principio, por lo que puedes evitar el mal rato de efectuar cambios grandes cuando el proyecto vaya más avanzado.
2. No temer a los cambios
No temas a la idea de implementar o considerar modificaciones en tu proyecto por pequeña o grande que sea. No temas a ejecutarla, incluso si ya el proyecto está avanzado.
En la gestión de proyectos tradicional, cualquier cambio en etapa tardía suele significar un aumento del alcance, pero costes más altos. Sin embargo, con las metodologías ágiles, los equipos tienen el objetivo de aceptar la incertidumbre y reconocer que, incluso, el cambio tardío representa una gran ventaja competitiva a favor del cliente.
Además, debido a la naturaleza de los procesos iterativos que propone Agile, los equipos no deben tener problemas con estos cambios, pues tienen la capacidad para responder de manera oportuna.
3. Entregar software funcional en menor tiempo
Los métodos antiguos involucraban toneladas información que supuestamente era necesaria para completar el 100% de los requisitos necesarios para un proyecto. Pero, aun cuando termina el proyecto, solo es eso: un mar de información y documentación sin funcionalidad.
En este respecto, la gestión ágil de proyectos se ocupa de acortar la distancia entre la planificación y las entregas. De ese modo, se enfoca más en crear software que solo planificarlo, lo que cuál ofrece la oportunidad de aumentar la eficiencia y eficacia en los equipos.
4. Gerencia y desarrolladores deben unir fuerzas
Las metodologías ágiles confían en los equipos multifuncionales para la mejora de la comunicación entre las distintas partes del proyecto, dejando atrás la burocracia y muros que dividen las distintas áreas del trabajo.
En un contexto de trabajo, el objetivo es crear una sincronización entre las partes que crean valor y las que lo planifican y venden. De esa manera, hay lugar para una colaboración más natural y fluida, lo cual contribuirá positivamente con el proceso.
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5. Desarrollar proyectos de la mano de personas motivadas
La lógica detrás de este principio es que al reducir la microgestión y potenciar la motivación de los miembros del equipo, los proyectos se completen con más rapidez y sean de mejor calidad.
Si no confías en tu equipo y mantienes centralizadas incluso las decisiones más pequeñas del proyecto, lo único que lograrás será obstaculizar el compromiso de tus colaboradores. En consecuencia, tus trabajadores carecerán de sentido de pertenencia y no se alinearán con los objetivos del proyecto, puesto que está solo tratando de cumplir y no dará todo su potencial.
6. Interacción cara a cara
Las comunicaciones personales reducen el tiempo entre el que se realiza una pregunta y la misma obtiene respuesta. Esta es una de las razones por las cuales el trabajo remoto y el trabajo colaborativo resultan clave para la metodología Agile.
Cuando los equipos trabajan juntos, aunque sea virtualmente, resulta más sencillo hacer preguntas, sugerencias, reunirse. En fin, comunicarse de forma fluida y eficaz.
7. Contar con un software de trabajo de calidad
Este es el principio por el que un equipo de desarrollo ágil debe ser juzgado: ¿el software realmente funciona? De no ser así, lamentablemente, no importará cuántas horas le hayas dedicado al proyecto, cuántas palabras hayas escrito, cuántos errores hayas corregido o cuántas líneas de código hayas escrito. Si el resultado de tu trabajo no es como tu cliente esperaba, no hay un progreso real.
8. Mantener un ritmo de trabajo sostenible
Cuando un equipo trabaja en el mismo proyecto durante mucho tiempo, es normal que haya agotamiento entre los partícipes y, de no ser gestionado correctamente, puede convertirse en un problema. Entonces, para evitar que el trabajo se torne agotador y aburrido, debe realizarse en ráfagas cortas y productivas, porque bien es cierto que no puede haber tiempo extra sin que este afecte la calidad.
Debes concentrarte en determinar el ritmo adecuado para los miembros del equipo, evitando las sobrecargas y permitiendo que tus colaboradores salgan satisfechos de la oficina.
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9. Excelencia continua
La idea es que con cada iteración, el producto mejore. El noveno principio permite a los equipos no solo crear algo que funcione, sino también que sea un producto estable y de alta calidad. Como resultado, cualquier cambio que deba hacerse será menos propenso a provocar errores mayores y un mal funcionamiento del producto.
Este principio es aplicable a todas los sectores industriales: cuando mantienes una excelencia operativa, tendrás muchos menos problemas ante los cuales reaccionar, manteniendo la agilidad.
10. La simpleza es la clave
Si puedes hacer algo de manera sencilla, ¿por qué elegirías complicarte? Mantén las cosas simples y evita perder tiempo en cosas que no importan, como las tareas “porque sí”, las cuales son muy frecuentes en las culturas corporativas.
Tus clientes no están pagando por el esfuerzo que inviertes, están comprando una solución a un problema puntual que tienen. Ten eso en cuenta cuando decidas implementar metodologías ágiles y evita hacer cosas por el simple hecho de hacerlas.
11. Los mejores resultados vienen de equipos autoorganizados
Un equipo autoorganizado toma su propia dirección. No es necesario decirles qué hacer: ellos mismos enfrentan problemas, eliminan obstáculos y encuentran soluciones. Cuando un equipo tiene libertad y motivación, son capaces de ofrecer su máximo valor al cliente.
Para lograr esto es necesario hacer cambios importantes en el estilo de liderazgo, entender que, solo cuando se necesiten microgestiones será necesario sacar una bandera roja.
12. Inspección y adaptación
Este principio, aunque sea el último, no deja de ser crucial en la gestión ágil de proyectos. Está relacionado con la evaluación del rendimiento y la identificación de las posibilidades de mejora y crecimiento.
En intervalos regulares, el equipo debe reflexionar sobre cómo hacerse más eficiente, efectivo y hacer ajustes en su comportamiento según las conclusiones a las que se llegue. Siendo así, el equipo debe implementar los ajustes que sean necesarios para hacerse mejores y avanzar en el proyecto.
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5 consejos para aplicar la metodología Agile a tu empresa
Ahora qué entiendes cuáles son los principios que rigen el funcionamiento de la metodología Agile, procederemos a darte unos superconsejos para que puedas aplicarla a tu empresa:
1. Identifica tus objetivos comerciales
Antes de comenzar a implementar cualquier metodología Agile en tu empresa, debes tener una visión precisa de lo que quieres conseguir cuando lo hagas y si la implementación de estas metodologías te ayudarán a alcanzar tus objetivos.
2. Analiza la cultura de tu empresa
Tener una empresa receptiva es una clave positiva para implementar una metodología ágil, puesto que en estas predomina la comunicación fluida y transparente.
En este sentido, es fundamental que la cultura organizacional de la empresa esté abierta a implementar este tipo de metodologías para que los esfuerzos no sean individuales, sino que se perciban como parte natural de la estructura del negocio.
3. Detecta el impacto potencial en tus clientes
Hazte preguntas como: ¿cuál sería la mejoría que quieres que noten tus clientes en su experiencia? O ¿qué impacto tendrá en la calidad de mis servicios o productos? También, puedes preguntarte ¿cómo mejorará la relación empresa/cliente?
Estas preguntas serán uno de los puntos fundamentales para detectar cómo las metodologías ágiles beneficiarán a tus consumidores y a tu empresa.
4. Precisa cuáles son los recursos con los que cuenta tu empresa
Llevar a cabo una metodología ágil requiere plantearse y determinar si se cuenta con los recursos, tanto humanos como digitales, necesarios para poder sacar el mejor provecho de la metodología que se implemente. Lo mismo aplica para la infraestructura que se tenga y los proveedores que se contraten.
La correcta consecución de estos aspectos te llevarán a una implementación exitosa.
5. Asegúrate de que toda la directiva participe y te apoye en el proceso
Ejecutar un nuevo enfoque en la gestión de los proyectos es un cambio que repercute en los procesos, el personal y la manera en la que es utilizada la tecnología. Una sola persona no puede con todo, por ese motivo es importante que desde el comienzo de la transición involucres a los líderes y expertos de la empresa para llevar a cabo una mejor ejecución.
Aunque al principio la metodología Agile fue creada para ayudar en los procesos de software, hoy día puede ser aplicada por cualquier empresa e, incluso, trabajador autónomo de cualquier sector. Agile es perfecto para cualquier compañía dispuesta a cambiar los paradigmas y conseguir una cadena de valor que vaya desde el trabajo interno de los equipos, hasta el usuario y el cliente final.
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